1. Lagartija hispánica
La lagartija hispánica es un pequeño reptil ágil y luminoso que recorre muros y rocas de la penĂnsula con una rapidez casi invisible. Su piel verdosa refleja el sol como un destello vivo, y su mirada atenta revela un instinto siempre alerta. Capaz de desprenderse de su cola para escapar y de adaptarse a distintos paisajes, esta lagartija es sĂmbolo de resistencia y ligereza en los rincones más cálidos del territorio.
2. DragĂłn
La salamanquesa comĂşn, a la que en algunas zonas de España llaman “dragĂłn” por su aspecto escamoso, es un pequeño reptil nocturno que vive en paredes, muros y zonas rocosas cálidas. Mide alrededor de 20 centĂmetros y posee dedos adhesivos que le permiten trepar con facilidad por superficies verticales. Es completamente inofensiva para las personas y muy Ăştil, ya que se alimenta de insectos como mosquitos y polillas. Su presencia es habitual en pueblos y ciudades mediterráneas, donde actĂşa como un discreto pero valioso controlador natural de plagas.
3. Culebra bastarda
La culebra bastarda es la serpiente más grande de la penĂnsula ibĂ©rica, pudiendo superar los dos metros de longitud. Su cuerpo es esbelto y ágil, de color verde parduzco, con una cabeza alargada que le da un aspecto caracterĂstico. Aunque posee un veneno dĂ©bil que utiliza para cazar pequeños animales, es prácticamente inofensiva para el ser humano, ya que sus colmillos venenosos están muy atrás en la boca. Vive en zonas soleadas, matorrales y campos abiertos, donde controla poblaciones de roedores y otros pequeños vertebrados. A pesar de su tamaño y mala fama, es una especie clave para el equilibrio ecolĂłgico y suele evitar el contacto con las personas.
4. Rana Verde
La rana verde, tambiĂ©n llamada rana comĂşn ibĂ©rica, es un anfibio muy extendido en rĂos, charcas y humedales de la penĂnsula ibĂ©rica. De color verde brillante con manchas oscuras, destaca por su gran habilidad para nadar y saltar. Su canto, fuerte y repetitivo, es tĂpico de los meses cálidos y forma parte del sonido natural de los humedales. Se alimenta de insectos y pequeños invertebrados, contribuyendo al control de plagas. Aunque es una especie resistente y adaptable, depende de la buena conservaciĂłn del agua y de los ecosistemas acuáticos para sobrevivir.
5. Galápago leproso
El galápago leproso es una tortuga de agua dulce muy comĂşn en rĂos, lagunas y humedales de clima mediterráneo. Se reconoce por su caparazĂłn de tonos pardos y verdosos, a menudo con un aspecto algo rugoso, y por su cabeza moteada. Es una especie tĂmida que pasa gran parte del tiempo tomando el sol en troncos o piedras cercanas al agua, donde puede sumergirse rápidamente si se siente amenazada. Se alimenta de insectos, pequeños peces y materia vegetal, desempeñando un papel importante en el equilibrio de los ecosistemas acuáticos. Aunque resistente, su supervivencia depende de aguas limpias y humedales bien conservados.